HIDRATACIÓN EN NIÑOS: SUS NECESIDADES CON EL TIPO DE AGUA
Normalmente, siempre solemos asociar hidratación y salud a términos básicos para los adultos, pero para los niños, mantener una buena hidratación también es un requisito indispensable para garantizar su salud.
Uno de los datos relevantes sobre los niños, es que necesitan más líquidos que los adultos por kilo de peso corporal. Por ello, en cuanto un niño sienta o tenga la necesidad de beber, ya estará deshidratado, y debemos adelantarnos a este hecho.
Es por ello por lo que es tan necesario fomentar y generar ese hábito de hidratarse bien bebiendo agua de calidad. Debemos hacer hincapié en algo tan relevante como beber agua para establecer un aspecto más de su aprendizaje, de manera que, en etapas posteriores, llegue a ser un hábito común en su día a día.
Otro dato relevante, es que, en el caso de los bebés recién nacidos, hasta los 6 meses aproximadamente, se recomienda la leche materna ya que es aquí donde encuentran su fuente de hidratación necesaria. Sin embargo, tras este periodo, es buena idea empezar a ofrecer a los más pequeños la hidratación a partir de agua, también incluyendo la leche pero como fuente más nutricional. Es una manera más sencilla de generar este hábito de beber agua en etapas posteriores y mejorar su hidratación en el futuro.
BENEFICIOS PARA BEBÉS Y NIÑOS DE LA HIDRATACIÓN CON AGUA
Los beneficios que les aportará no solo será la hidratación del cuerpo, que en sí es un factor importante, teniendo en cuenta que nuestro cuerpo está formado por un 75% de agua, y es imprescindible salvaguardar los niveles de hidratación. Beber agua ofrece diferentes beneficios para nuestro cuerpo y especialmente en los más pequeños.
Este preciado elemento, también les ayudará a mejorar su concentración, a evitar cambios repentinos de humor, a mejorar su rendimiento físico y a evitar enfermedades como la obesidad infantil entre otras. Además, a diferencia de otras sustancias, como pueden ser los zumos y las llamadas bebidas refrescantes, el agua no contiene calorías ni azúcares. Este factor es muy beneficioso para el desarrollo de los dientes de los más pequeños.
A su vez, no solo es importante el consumo constante de agua, sino también, es aconsejable que el agua sea de calidad y baja en sodio. Con la expresión de ‘’ de calidad ’’ nos referimos a que esta haya sido embotellada correctamente, que haya pasado los controles de calidad pertinentes, que no le haya dado el Sol al recipiente ( para evitar la formación de microorganismos o desprendimientos de microplásticos de la propia botella) entre otras cosas.
Y, otro factor necesario, es que el agua sea baja en sodio, porque los más pequeños son más vulnerables a padecer una sobrecarga renal, ya que aún no tienen los riñones maduros y su capacidad de excreción es limitada a diferencia de la mayoría de adultos.
Por eso, es aconsejable que los niños beban agua con bajo contenido de sodio, la concentración de este elemento en el agua debe ser inferior a los 20 ml. Todos los envases que contienen alimentos (al igual que los que contienen otro tipo de productos de otras categorías), deben llevar una etiqueta donde aparezca su composición. Incluidos los envases de agua, ya sean de ‘’cartón’’, plástico,…
En estas etiquetas, podrás saber qué componentes contiene el agua de dicho recipiente, entre ellos el porcentaje de sodio como hemos mencionado anteriormente. Gracias a este hecho, podrás revisar el nivel de sodio, elegir el tipo de agua que mejor se se adapta a las necesidades de los más pequeños y las tuyas. Cuida su salud y la tuya con agua de calidad.
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